Granjas Industriales: Infierno Animal

 Las imagenes hablan mas que las palabras, aqui un video de lo que no se ve de las industrias de las carnes, aves y cerdos.
No vale de nada cerrar esta pagina y olvidarse, el sufrimiento animal sigue hasta que decidamos hacer algo en la vida real...











Granjas_Industriales

Fuente:

AnimaNaturalis

La vida en la bucólica imagen de la granja hace mucho que dejó de ser tan hermosa. Las escenas de pastizales verdes y parques idí­licos representadas en los libros para niños están siendo rápidamente reemplazadas por establos de metal sin ventanas, jaulas de alambre, "establos de hierro", y otros sistemas integrales de encierro, lo que hoy se conoce como "granjas industriales".


Privación y enfermedad

Visto de manera sencilla, el sistema de granja industrial de agricultura moderna apunta a producir la mayor cantidad de carne, leche y huevos, de la forma más rápida y barata posible, y en la menor cantidad de espacio posible. Las vacas, terneros, cerdos, gallinas, pavos, patos, gansos, conejos y otros animales son puestos en pequeñas jaulas o compartimentos muchas veces sin posibilidad de darse vuelta. Se los priva del ejercicio para que todas las energí­as del cuerpo conduzcan a producir carne, huevos o leche para el consumo humano. Se los alimenta con hormonas de crecimiento para engordarlos más rápidamente y se los altera genéticamente para que crezcan más grandes o para que produzcan más leche o huevos que lo que la naturaleza originalmente propone.
Dado que el amontonamiento es una de los principales causantes de enfermedades, los animales en las granjas industriales son alimentados y rociados con grandes cantidades de pesticidas y antibióticos que permanecen en sus cuerpos y que se transmiten a la gente que luego se alimenta de ellos, lo que causa serios peligros en la salud de los seres humanos.
Las gallinas se dividen en dos grupos: las gallinas ponedoras y pollos de engorde. Se coloca de cinco a seis gallinas ponedoras en una jaula de tela metálica de 14 pulgadas y las jaulas son a menudo apiladas en varios niveles. Cintas transportadoras llevan la comida y el agua, y además retiran los huevos y el excremento. Dado que las gallinas se encuentran en un lugar superpoblado, se las mantiene casi en la oscuridad y se les corta el pico con cuchillas candentes (sin anestesia) para evitar que se picoteen entre ellas hasta morir. La tela metálica de las jaulas las despluma, les irrita la piel y las deja lisiadas.
Aproximadamente el 20 por ciento de las gallinas criadas bajo esas condiciones muere a causa del estrés o enfermedades. (1) Cuando tienen entre uno y dos años de edad, sus cuerpos exhaustos disminuyen la producción de huevos y se las sacrifica (las gallinas podrí­an vivir normalmente entre 15 y 20 años). (2) Noventa por ciento de todos los huevos vendidos comercialmente provienen de gallinas criadas en granjas industriales. (3)
Cada año se crí­an más de seis mil millones de "pollos de engorde" en establos.(4) Se manipula la iluminación para mantener a las aves comiendo la mayor cantidad de tiempo posible y luego de apenas nueve semanas se las sacrifica. A pesar del gran uso de pesticidas y antibióticos, el 60 por ciento de las gallinas que se venden en el supermercado están infectadas con la bacteria de salmonela viva. (5)
La selección genética para cubrir la demanda y reducir costos de producción causa dolores extremos en las extremidades y problemas óseos, haciendo que cada movimiento sea dificultoso. Una investigación encubierta realizada por PETA en 1994 dentro de la industria de los "pollos de engorde" también reveló que las aves sufren de deshidratación, enfermedades respiratorias, infecciones bacteriales, ataques cardí­acos, piernas lisiadas y otras serias dolencias.
El ganado criado para carne nace generalmente en un estado, se lo engorda en otro y se lo sacrifica en otro. Se lo alimenta con una dieta antinatural de granos pesados y otros "rellenos" (incluyendo aserrí­n) hasta que alcanzan las 1.000 libras. Se los castra, se les quita los cuernos y se los marca sin anestesia. Cuando los transportan los amontonan dentro de camiones de metal donde tienen miedo, sufren lesiones, soportan temperaturas extremas y padecen la falta de comida, agua y ayuda veterinaria.

Los animales que más sufren el cruel encierro y las privaciones en las granjas industriales son los novillos, crí­a macho de las vacas lecheras, criados para el consumo de carne de ternero. Luego de que se los separa de sus madres tan sólo algunos dí­as luego de su nacimiento, se los encadena en establos de sólo 22 pulgadas de ancho con pisos de listones que les causa severos dolores en las patas y en las articulaciones. Dado que la leche de su madre es utilizada para el consumo humano, se los alimenta con un sustituto de la leche que contiene hormonas, pero carece de hierro. Esto les produce una anemia que mantiene su carne tierna y de un color pálido pero los deja muy débiles. Cuando se los sacrifica con tan sólo 16 semanas de vida, por lo general ya están muy enfermos o lisiados para caminar. Uno de cada 10 terneros muere en reclusión. (6)
El 90 por ciento de todos los cerdos son recluidos en algún momento de sus vidas, y el 70 por ciento son mantenidos en reclusión permanentemente. (7). A las cerdas se las mantiene preñadas o amamantando continuamente, y se las mete dentro de estrechos establos de hierro, sin que puedan darse vuelta. Si bien los cerdos son animales tranquilos y sociales por naturaleza, recurren al canibalismo y muerden las colas de los otros cerdos cuando los meten en corrales repletos, además desarrollan conductas neuróticas cuando los aí­slan y encierran. Los productores de cerdos pierden 187 millones de dólares por año debido a la disenterí­a, cólera, triquinosis y otras enfermedades promovidas por las granjas industriales. (8) Aproximadamente el 30 por ciento de todos los productos que derivan del cerdo están contaminados con toxoplasmosis. (9)

La_industria_del_huevo

Los 245 millones de gallinas criadas para la producción del huevo, y conocidas como "gallinas ponedoras" en el argot aví­cola sufren una pesadilla que dura varios años. Una parte considerable de sus picos es cortada con una navaja ardiendo sin que les suministre analgésicos. Muchas gallinas, incapaces de comer por el dolor que este procedimiento les ocasiona, mueren de deshidratación y por un sistema inmunológico debilitado. Después de sufrir esta mutilación, las gallinas ponedoras son hacinadas en pequeñí­simas jaulas conocidas como jaulas €œbaterí­a€�. Estas jaulas miden 41 x 46 cm., y en ellas son amontonadas hasta once gallinas. Cada una de estas gallinas necesita como mí­nimo 74 cm. para expandir sus alas, de modo que ni una sóla de ellas podrán hacerlo, como ocurrí­a normalmente en su hábitat natural.(1) Aún cuando tengan la suerte de vivir en jaulas €œhumanitarias€�, es decir, cinco gallinas por jaula en lugar de 10 ó 11, es importante mencionar que las gallinas ponedoras pasarán todas sus vidas confinadas en un espacio equivalente al tamaño de un cajón de escritorio. Este espacio tan reducido es compartido por las cinco gallinas, haciendo imposible que se muevan cómodamente y que puedan aletear sus alas.(2)

Las jaulas son apiladas unas sobre otras, por lo que los escrementos caen a través de ellas, acumulándose en las jaulas que se encuentran en la parte inferior. El olor a amoní­aco y estiércol densifica el ambiente, haciendo muy difí­cil el respirar. Las condiciones tan poco higiénicas favorecen la propagación de enfermedades en estos gallineros industriales. La palabra que mejor califica estos lugares es inmundicia. Muchas gallinas mueren en estas condiciones tan precarias,m y las supervivientes son forzadas a vivir con gallinas moribundas y con los cadáveres de las que finalmente sucumbieron. Las gallinas muertas permanecen en las jaulas hasta que se pudren, haciendo aun más tormentosa la vida de las que sobreviven. La luz en estos gallineros industriales es manipulada constantemente; en un intento por maximizar el número de huevos que cada gallina pone, los trabajadores deciden no otorgarle alimento a las gallinas hasta por un periodo de catorce dí­as. Esto ocasiona un choque en el metabolismo de las gallinas que induce un nuevo ciclo de empollamiento. Esta práctica cruel ha sido prohibida en varios paí­ses europeos.
Los pollos machos carecen de cualquier valor en la industria del huevo. Debido a esto, cada año millones de pollitos machos son introducidos en bolsas de plástico para que mueran asfixiados. Otros millones son lanzados vivos a trituradores.(3)
Después de dos años de vivir en estas condiciones inhumanas, los cuerpos de las gallinas se han debilitado tanto que no pueden seguir poniendo huevos. Entonces son enviadas al matadero. Allí­ serán colgadas por las patas en una cinta industrial que las conducirá primero a ser degolladas y luego a ser lanzadas a bidones de agua hirviendo. Cuando las gallinas ponedoras llegan al matadero, han sido tan maltratadas, que el 29% de ellas tienen huesos fracturados.(4) Sus demacrados cuerpos están tan heridos, con moratones, huesos fracturados, malnutridos, que su carne solamente puede ser destinada a la producción de sopas de pollo o de alimento para perros y gatos.

El 98% de las gallinas que se utilizan para poner huevos pasa su vida en jaulas dentro de enormes bodegas. Las gallinas son metidas en jaulas donde ni siquiera pueden darse la vuelta o extender un ala. Cada año, millones de pollos macho son desechados en bolsas de basura hasta que se ahogan o mueren de hambre, porque son inútiles para la industria de los huevos.

Para evitar comportamientos neuróticos o violentos ocasionados por el estrés del confinamiento, a las gallinas se les mantiene en semioscuridad y sus picos son cortados con una navaja al rojo vivo y sin administrarles anestesia o analgésicos. Los alambres de las jaulas dañan sus plumas, su piel y deforman sus patas.

Para forzar a las gallinas a otro ciclo de puesta, los granjeros las dejan durante dí­as en la oscuridad y sin comer ni beber, lo cual ocasiona que pierdan plumas y peso.

Aun cuando las gallinas pueden vivir por más de quince años, sus vidas son acortadas a dos años en esta industria. Generalmente el máximo producido en estas condiciones es de 400 huevos por gallina. Cuando dejan de producir se les mata. Millones de gallinas que “ya no sirven” son enviadas al matadero cada año. Su carne se usa para comida de animales de compañí­a o para preparar caldos.

En el matadero
La horrible vida de las aves termina después de un espantoso viaje al matadero. Una vez en el matadero las aves son sacadas de las jaulas y colgadas de las patas en unos rieles corredizos. Una cuchilla mecánica los decapita y después se les sumerge en agua hirviente para quitarles las plumas. A menudo permanecen conscientes durante todo el proceso.

Salud
Los huevos son un alimento saturado de colesterol: 213 mg. En un huevo mediano. El consumo de un huevo diario aumenta los niveles de colesterol hasta un 12%. Debido a las condiciones en que viven las gallinas en las granjas industriales, y a que el cascarón es frágil y poroso, los huevos son un hábitat ideal para la bacteria de la salmonella.

¿Qué puedes hacer?
Las gallinas son animales inteligentes que disfrutan estar al aire libre y cuidar de sus polluelos. En la industria de los huevos no pueden realizar ninguno de sus comportamientos naturales.

Jaulas_en_las_granjas_de_huevos

Gene Gregory (vice-presidente de la Unión de Productores de Huevo, de los EE.UU) comentó sobre las actividades de la Humane Society de los EE.UU: "Este grupo es el más temido de los grupos activistas y está tratando de unir a todos los grupos para obtener así­ un poder adicional. Esta organización será el mayor problema que esta industria tenga que enfrentar".- Revista Egg Industry (Julio, 2005).

Hoy son, sostenidamente, los animales más abusados dentro de la crí­a intensiva. Las gallinas soportan una miseria tan alta en escala e intensidad que nos resulta casi imposible empatizar con su condición. En los Estados Unidos están dispuestas en jaulas de criadero tan pequeñas que no pueden extender sus alas por largos perí­odos. Cientos de miles de estos sociales e inteligentes animales sufren de constante sufrimiento y frustración.

En la última mitad del siglo, la industria americana de los huevos, ha hecho prácticas cada vez más intensas de encierro de animales; hasta ahora. Por primera vez, importantes compradores minoristas están negándose a las jaulas haciendo que los productores de huevos comiencen a eliminarlas de sus granjas. ¿Qué significa ésto para los animales? En sólo los últimos dos años de campaña contra las jaulas de criadero, cientos de miles de gallinas menos han sido encerradas.

La campaña

Así­ como las campañas para la protección animal han tenido éxito en hacer ver a muchas personas que comer una ternera es igual a cualquier tipo de crueldad hacia los animales, la campaña contra las jaulas de criadero está rápidamente reforzando la idea de que ningún negocio responsable quiere ser asociado con un abuso tan horrible como lo son las jaulas en las granjas de producción de huevos.

Whole Food Market y Wild Oats Natural Marketplace han cerrado sus negocios con los productores de huevo que utilizan estos métodos. Trade Joe's ha hecho lo mismo con sus marcas privadas de huevos. Compañí­as como AOL y Google están ahora rechazando el uso de huevos provenientes de jaulas de criadero en sus menús para empleados. El proveedor de servicios de comida Bon Appétit Managment Company está entrando en una polí­tica contra los huevos de crí­a intensiva para sus 400 cafés, incluyendo aquellos que sirven a grandes clientes como Yahoo!, Adidas, Best Buy y Nordstrom. Además, cerca de 100 colegios y universidades norteamericanas han declarado polí­ticas eliminando o reduciendo dramáticamente el consumo de huevos de crí­a intensiva.

Las jaulas de criadero están siendo eliminadas más rápido de lo que cualquiera se hubiera imaginado hace tan sólo dos años.


Pragmático y efectivo

La pregunta que importa es, ¿qué suplanta a los huevos de crí­a intensiva? Las cadenas de mercados de comida y los proveedores de servicios de comida que rechazan el uso de huevos de crí­a intensiva están todaví­a utilizando huevos, incluso si provienen de gallinas que no han sido encerradas. La mayorí­a de las gallinas que no han sido puestas en jaulas vienen de criaderos en donde se matan a pollitos de sexo masculino y donde hay posibilidad de que les corten un tercio del pico. En muchas granjas sin jaulas, las gallinas no pueden salir y son sacrificadas a una temprana edad; de la misma manera en que son sacrificadas las gallinas de casi todas las granjas de crí­a comercial. Por eso decir granjas libres de jaulas no es lo mismo que decir granjas libres de crueldad. Aunque cabe mencionar que las gallinas de este tipo de granjas tiene muchas ventajas con respecto a las gallinas de crí­a intensiva. Al contrario de muchas gallinas de crí­a industrial, las gallinas no encerradas son capaces de extender sus alas, caminar y poner sus huevos en nidos. Más aún, los productores de huevos que no utilizan jaulas, que obtienen certificación bajo uno de los más reputables programas standards, deben proveer a las gallinas de lugares para posarse y bañarse.

Esta campaña no pretende un todo o nada, ni ningún acercamiento absolutista. Es una campaña pragmática buscando la reducción real del sufrimiento animal, mediante la eliminación de una de las prácticas más abusivas en el negocio de la agricultura actual. Esta estrategia, al estilo Henry Spira, presiona para la eliminación de las jaulas en criaderos y la mejorí­a del nivel de vida de las gallinas.

Sin embargo, debemos tener cuidado al describir la campaña al público, para promover un mensaje verdadero. La liberación de las jaulas es una declaración oficial que sólo describe un aspecto de la vida de las gallinas. Simplemente, se pide que estos pájaros no estén confinados en jaulas. Una cosa es declarar que la eliminación de las jaulas ayuda a reducir el sufrimiento animal, y que es un paso en la dirección correcta, pero otra cosa es decir que los huevos provenientes de granjas sin jaulas son huevos libre de crueldad.


A través del Atlántico: victorias significativas para animales de granja

Mientras que la mayorí­a de la población norteamericana cree aceptable comer huevos, encuestas demuestran claramente que la vasta mayorí­a no cree aceptable encerrar a los pájaros en jaulas tan pequeñas que apenas se puedan mover. Es nuestra tarea ahora traducir el apoyo existente de la población hacia los animales, en importantes movimientos victoriosos, más notables que la prohibición de jaulas en criaderos. Tenemos el poder y el apoyo público para hacer cambios reales hoy. No debemos rendirnos y abandonar a los millones de animales que soportan más crueldad de la que tienen que soportar; pues esto es exactamente lo que hacemos si no apoyamos la prohibición, tanto legislativa como corporativa, de las jaulas en criaderos.

Activistas pro animales europeos llevan mucha ventaja respecto a la prohibición de prácticas crueles en granjas. En paí­ses como Alemania, Austria y Suiza ya están prohibidas las jaulas en las granjas de producción de huevos y en toda la Unión Europea se están eliminando de a poco. No hay razón para que los Estados Unidos -y en el resto de los paí­ses- no en puedan tomar medidas así­ de importantes, o más importantes aún.

Los animales de crí­a intensiva que hoy están sufriendo están contando con nosotros para ayudarlos. Y hacer campañas para eliminar las jaulas de los criaderos, a nivel corporativo o gubernamental, es una buena manera de comenzar a hacerlo.


Leyes y estilos de vida
La granja industrial es un método extremadamente cruel para criar animales, pero su rentabilidad la hace popular. Una manera de detener el abuso de las granjas industriales es apoyar aquellas leyes que prohí­ban las jaulas en baterí­a, jaulas de terneros y los sistemas intensivos de encierro. Pero la mejor manera de salvar a los animales de la miseria de las granjas industriales, es dejar de comprar y comer carne, leche y huevos. El vegetarianismo y el veganismo (dieta estrictamente vegetariana) significan comer por la vida: la suya y la de ellos.

Animales_en_laboratorios

Fabiola Leyton D.

La experimentación en que se utilizan animales no humanos (vivisección) es una de las fases más ocultas, discutidas y discutibles de la ciencia y de la industria. Porque no sólo las ciencias médicas, fí­sicas y biológicas se sirven de animales no humanos en sus laboratorios, sino también la industria militar, la industria de las armas, la industria cosmética, la industria del tabaco y la industria quí­mica en general.

Es desde el siglo XVI que los animales son usados como "conejillos de Indias" (nunca mejor aplicado el término) para conocer los misterios del cuerpo, de la circulación sanguí­nea, de la conformación fisiológica, pero también de los efectos de medicinas, venenos, sustancias y la inocuidad de los procedimientos cientí­ficos e industriales. Primates, ratas, ratones, conejos, cobayas, perros, gatos, cerdos y otros animales son masacrados en nombre de la ciencia y la técnica, a razón de que tres animales mueren a cada segundo en los laboratorios del mundo.

En los laboratorios, los animales son usados principalmente para los test de toxicidad (el test Draize, el DL50, el Test de Toxicidad Dermal y de Toxicidad Oral; los estudios de Inmersión, de Inyección e Inhalación). En éstos, los animales son sometidos a dosis letales de todo tipo de ingredientes, a pruebas alergénicas y de irritación - ulceración cutánea, a pruebas de inhalación e inyección de tóxicos, de armas biológicas y quí­micas, de resistencia a la falta de atmósfera o gravedad, de medicamentos y fármacos, e incluso, de alimentos para animales de compañí­a.

Muchos grupos de defensa de los animales, a través de la investigación encubierta, han conseguido llevar fuera del laboratorio los horrores que se ocultan tras sus paredes. Por ello, la experimentación con animales encuentra cada vez un mayor rechazo -en la sociedad y también dentro de la misma ciencia- por diversos motivos: éticos, económicos e incluso biológico-sanitarios, por su crueldad con seres sintientes, el peligro que supone la extrapolación de resultados de una especie a otra (como en el caso del SIDA), y su discutible "necesidad" cuando se comienzan a desarrollar métodos alternativos al uso de animales en los laboratorios de ciencia, asi como también en las salas de clases de los futuros cientí­ficos.

Más información:
Productos que no prueban en animales:

Listas de compañí­as que no prueban en animales.
Información general sobre vivisección:

Disección: una lección de crueldad (PETA)
Estadí­sticas de Animales en Laboratorios de UK
Productos de Tocador testeados en Animales
Información sobre Animales en Laboratorios:

Derechos de los Animales de Laboratorio
50 desastres de la experimentación en animales
Información para estudiantes de ciencias:

Objeción de Conciencia para Estudiantes de Medicina Veterinaria
Argumentos Cientí­ficos contra la experimentación con animales
Instituciones que investigan en animales:

Centro de Investigación de Primates (Oregon, EE.UU)
Bioterio de Primates de la U. Católica (Santiago, Chile)
Criadero de Primates para Investigación de Camarles (Tarragona, España)

Animales en entretenimiento:

CIRCOS
http://www.animanaturalis.org/i/872/animales_en_entretenimiento